Y Salomón decidió edificar una casa al nombre del Señor.

La obra predestinada de Salomón

Salomón nació para hacer este trabajo. No es necesario que la rosa diga: "Ahora voy a ser hermosa y fragante". No es necesario que el ruiseñor diga: "Ahora he tomado la decisión de ser musical y melodioso, y de llenar el aire con las expresiones y la melodía más ricas". La flor nació para florecer y para tirar toda su fragancia en generosa donación; el ruiseñor se hizo en cada hueso y pluma para que el canto sagrado de la garganta cante para asombrar al mundo con música. Salomón entró en este trabajo de forma natural, por así decirlo por nacimiento y educación. ( J. Parker, DD .)

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