Mira, nos ha traído un hebreo para burlarse de nosotros.

La acusación falsa contra José

I. LA Audacia de la misma.

II. LA MALIGNIDAD DE ESO. La venganza de la pasión decepcionada.

III. EL ARTE Y LA ASUNTURA DE ESO.

IV. LAS LECCIONES DE ESTA HISTORIA.

1. Que la impureza y la falsedad están estrechamente aliadas.

2. Que los santos de Dios sean pacientes ante acusaciones falsas.

3. Que debemos hacer lo correcto sin tener en cuenta todas las malas consecuencias para nosotros mismos. ( TH Leale. )

Lecciones

1. Las desilusiones de la lujuria ocasionan que se enfurezca y la conviertan en locura.

2. La huida de la inocencia del pecado puede ocasionar su miseria.

3. La visión de la lujuria vencida por la castidad incita a los impíos a acusar a los justos ( Génesis 39:13 ). ( G. Hughes, BD )

El carácter delicado y problemático de la prueba circunstancial

No son pocos los casos en los que es la única descripción de prueba que se puede tener; ya veces es de tal naturaleza que lleva a la mente una convicción tan plena como el testimonio más directo y satisfactorio. Este no fue, de hecho, el caso en el caso que tenemos ante nosotros: porque no sería difícil instituir procesos ampliamente diferentes de argumentación hipotética sobre el simple hecho de que el manto había quedado en su poder.

Sin embargo, hay casos en los que es casi irresistiblemente concluyente. Y, sin embargo, es cierto que ha habido casos en los que se ha dictado sentencia sobre la base de pruebas circunstanciales que, en ese momento, parecían claras más allá de toda controversia y han llevado la más completa convicción al abogado, al jurado y al juez: en la que, no obstante, la inocencia de la parte condenada ha sido posteriormente sacada a la luz inesperada y extrañamente.

Todo lo que puede decirse, por tanto, es que si bien se trata de una especie de prueba que es imposible descartar, y de la que sería el colmo del absurdo hablar de descartar, sin embargo, es una que debe investigarse con la mayor detenimiento. precaución y minuciosidad, y toda demora posible para someterlo a la prueba del tiempo, siempre que parezca que hay alguna posibilidad de que salgan a la luz nuevas circunstancias, o de cualquier conciencia que el miedo pueda tener en sus cadenas, y por este medio sellando los labios, cediendo y revelando. Y dondequiera que haya lugar para la más mínima duda, el beneficio de la misma debe otorgarse al acusado. ( R. Wardlaw, D. D )

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