Morirán de una gran pestilencia.

Pestilencia

En un romance, "El fin de una época", de A. Lincoln Green, el héroe, Adam Godwin, conoce a un profesor alemán, que lleva el siniestro nombre de Azrael Falk, que llega a Londres trayendo consigo un gran cantidad de un veneno de gérmenes activo y mortal, que despoblaría cualquier país donde pudiera ser liberado. Su idea es hacer una enorme fortuna vendiéndola a Rusia o Alemania, entre quienes en ese momento habían surgido discordias.

La catástrofe se produce de forma sencilla. El profesor, con sus jarras en su poder (es demasiado celoso y desconfiado como para separarse de ellas), lleva a cabo una fantasía largamente acariciada por ver el Derby, y en Epsom Downs es tomado por un galán, y atacado por el multitud. Sus preciosos frascos están rotos y él mismo es trasladado loco y agonizante a un asilo vecino. El contenido mortífero de los frascos se eleva en una niebla marrón y flota en el aire.

Adam Godwin sabe que Londres está en peligro de muerte, pero no le han contado el secreto de la antitoxina y Falk muere sin recuperar la razón. Las páginas más emocionantes son aquellas en las que vemos el lento avance de la plaga sobre Londres. Ataca a todos excepto a las personas mayores, y no hay remedio. La calamidad que en este libro es meramente ficticia fue, de hecho, terrible que le sobrevino a Jerusalén. La desobediencia, la terquedad y la impenitencia eran los gérmenes mortales por los cuales los habitantes de la ciudad iban a ser barridos.

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