Y traer las primicias de nuestra tierra.

Un servicio de frutas

Notamos en este texto:

I. Voluntad. "Y para traer". No fue un impuesto. El amor es su propio gravamen de impuestos, y siempre recoge los frutos más ricos, maduros y mejores. Cuando una Iglesia o una comunidad está llena de amor, no debes temer por los ingresos.

II. Prioridad "Primicias". En todas las cosas, Cristo debe tener la "preeminencia". Debe ser Alfa.

III. Señorío universal. Primicias de "todos los árboles". El es el Señor de todo. Así ocurre con el fruto de nuestra alma. Jesús reclama tributo de todas las provincias de nuestra naturaleza. No está satisfecho con las acciones. Reclama el cautiverio de nuestros pensamientos. Él quiere no solo las primicias de nuestras emociones, de la penitencia, sino también de nuestra gratitud, nuestra adoración, nuestra confianza y nuestro amor. Veamos que su bandera ondea sobre cada provincia de nuestra naturaleza, y que le damos las primicias de la conciencia y la meditación, de la imaginación y la memoria, del amor ardiente y de la voluntad sumisa.

IV. Oferta anual. "Año tras año." Deberíamos perder la conciencia del paso del tiempo si no fuera por nuestros cumpleaños. Deberíamos perdernos muchas ocasiones de gratitud si no fuera por la época del hielo y la cosecha, el verano y el invierno. La tierra viva nos recuerda al Dios vivo, que suple todo lo que necesitamos. ( WM Statham. )

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