Los labios del necio entran en contienda.

El discurso de un tonto espléndido

¡Cuán frecuentemente habla Salomón del necio! y el tonto de su idea no era un hombre intelectualmente demente, sino un hombre moralmente malo.

I. Es quejumbroso. "Los labios del necio entran en contienda". Su mala naturaleza se manifiesta en su disposición a provocar peleas, a crear refriegas.

II. Es provocador. "Su boca pide caricias". Irritan a los hombres con los que hablan y, a menudo, provocan actos de violencia.

III. Es autodestructivo. "La boca del necio es su ruina, y sus labios el lazo de su alma". Ese discurso es realmente destructivo.

1. Destruye la propia reputación del hombre. Un hombre quejumbroso no tiene respeto ni autoridad social; él es rechazado.

2. Destruye el propio disfrute social del hombre. No tiene compañerismo amoroso, ni amistades duraderas.

3. Destruye la propia paz mental del hombre.

IV. Es socialmente perjudicial. "Las palabras del chismoso son como heridas, y descienden hasta lo más recóndito del vientre". El chismoso, por regla general, es un hombre de temperamento espléndido; se deleita en la travesura. ( Homilista. )

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