El hombre prudente ve el mal y se esconde; pero los simples pasan y son castigados.

Ojos y sin ojos

La distinción no es entre "bondad" y "maldad", sino entre fuerza y ​​debilidad, sabiduría e insensatez. El hombre que "ve" y "actúa" obliga victoriosamente a las circunstancias para promover sus propios fines. El hombre "ciego" y el "a la deriva" es conquistado por la fuerza de las circunstancias, y sufre pena y pérdida. El proverbio es aplicable a todas las esferas de la vida y el esfuerzo humanos, y se vuelve cada vez más rígida y absolutamente cierto cuanto más ascendemos.

En las esferas inferiores de acción pueden aparecer males que el hombre más prudente no puede evitar; y los "simples" a veces pueden escapar del desastre por una afortunada combinación de circunstancias. Pero estas son excepciones. Cuando ascendemos a la esfera de los esfuerzos morales y espirituales, incluso las excepciones se desvanecen y el principio se vuelve absoluto.

1. La vida y el destino del hombre están determinados, no por un destino inexorable y eterno, sino por su hombría libre. Las circunstancias son el material con el que tiene que tejer la prenda de su vida, y depende de sí mismo si será una prenda de honor o deshonra.

2. La distinción radical entre los hombres radica en la posesión de una verdadera visión. El verdadero hombre ve las realidades de las cosas, contempla lo más verdadero y eterno. El hombre no espiritual solo ve el espectáculo y la apariencia de las cosas. Esta verdadera visión, característica esencial del hombre espiritual, es más que una aprehensión intelectual. Es una percepción en la que se ejercita todo el ser.

3. La verdadera visión determina la verdadera acción. Hay un sentido en el que un hombre puede "ver" y, sin embargo, seguir sus malas pasiones en lugar de su conocimiento más noble. Pero en tales casos hay algo peligrosamente defectuoso en la visión. Ha faltado profundidad, esplendor y divinidad.

4. La “visión” y la “acción” determinan el destino. La "deriva" es fatal; "pasar" en la corriente irresistible de las circunstancias es "sufrir". Por falta de la "verdadera visión" que crea la verdadera acción, los imperios han perecido y los individuos están sujetos a la misma ley. La ceguera espiritual es muerte. ( John Thomas, MA .)

La previsión de la prudencia

Un buen marido reparará su casa mientras hace buen tiempo, no la postergará hasta el invierno; un piloto cuidadoso aprovechará el viento y la marea, por lo que se hará a la mar y no se quedará hasta que surja una tormenta. El viajero se tomará su tiempo en su viaje y cuidará su paso cuando llegue la noche, no sea que la oscuridad lo alcance; el herrero golpeará mientras el hierro esté caliente, no sea que se enfríe y pierda su trabajo; por eso debemos hacer de cada día el día de nuestro arrepentimiento; para hacer uso del tiempo presente, para que cuando lleguemos a morir no tengamos nada que hacer más que morir, porque habrá un tiempo en que no habrá lugar para el arrepentimiento, cuando el tiempo no habrá más; cuando la puerta se cierre, cuando no haya ninguna entrada. ( J. Spencer .)

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