De los cuales, veinticuatro mil para adelantar la obra de la casa del SEÑOR; y seis mil [eran] oficiales y jueces:

Ver. 4. De los cuales, veinticuatro mil eran, etc. ] Es decir, desempeñaron sus diferentes oficios en sus diversos cursos, Hinc sequitur. De ahí se sigue, dice un expositor, que cada sacerdote y levita ministraba en el templo no más de dos veces al año; porque había de ellos veinticuatro clases, cada una de las cuales sirvió una semana juntos, y nada más. Los ministros del evangelio tienen una tarea mucho más difícil.

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