Y vino Benaía al tabernáculo de Jehová y le dijo: El rey ha dicho así: Sal. Y él dijo: No; pero moriré aquí. Y Benaía volvió a avisar al rey, diciendo: Así dijo Joab, y así me respondió.

Ver. 30. No, pero moriré aquí. ] No soñaba ahora con la muerte; como esperando que se hubiera olvidado su asesinato de los dos capitanes, y que por su conspiración con Adonías, el altar podría asegurarlo. Pero "la esperanza del hipócrita es como la entrega del fantasma". Trabajo 27: 8

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