Y dijo a su muchacho: Corre, averigua ahora las flechas que tiro. [Y] mientras el muchacho corría, disparó una flecha más allá de él.

Ver. 36. Disparó una flecha más allá de él. ] Dios también dispara a veces flechas afiladas a sus hijos, pero no para herirlos, sino para advertirles que la voluntad de Saúl, el diablo, es su completa destrucción.

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