Y el criado respondió a Saúl otra vez, y dijo: He aquí, tengo aquí a mano la cuarta parte de un siclo de plata, que daré al hombre de Dios para que nos indique nuestro camino.

Ver. 8. He aquí, tengo aquí la cuarta parte de un siclo. ] Eso fue sólo un poco, por el valor de unos cinco peniques. Pero sabían que el agradecimiento de los hombres buenos no debía medirse por el peso, sino por la voluntad del retribuidor. Ese monarca persa tomó en buena parte un puñado de agua que le regaló un pobre campesino su súbdito, que no tenía mejor. La reina Isabel recibió alegremente ramilletes, un ramo de flores o hierbas, esp. flores de olor dulce; un ramo, un ramillete. flores, romero, de personas malas. Dos blancas de esa pobre viuda se alejaron más de dos millones de algunas otras.

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