Y se pusieron en su lugar según su manera, conforme a la ley de Moisés, varón de Dios: los sacerdotes rociaron la sangre [que recibieron] de mano de los levitas.

Ver. 16. La sangre que recibieron de manos de los levitas. ] Parte de la sangre que rociaron como un tipo de esa "sangre rociada, que habla mejores cosas" para nosotros; y parte para ser derramada por el sacerdote sobre la tierra, para mostrar que los mejores han merecido ser destruidos, y que Dios es el Señor de la vida y de la muerte.

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