Y el rey Salomón ofreció en sacrificio veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas; así el rey y todo el pueblo dedicaron la casa de Dios.

Ver. 5. De veintidós mil bueyes. ] La mejor oferta que hacemos en cualquier lugar. Las hecatombe del emperador, en las que se gloriaban y por las que pensaban que merecían, que consistían en cien águilas, cien leones, cien cerdos, etc., ofrecidas a sus dioses, no significaban nada.

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