Sin embargo, por los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, que hizo pecar a Israel, Jehú no se apartó de ellos, es decir, de los becerros de oro que estaban en Betel y que estaban en Dan.

Ver. 29. Sin embargo, de los pecados de Jeroboam… Jehú no se apartó.] Porque si lo hubiera hecho, le habría costado su reino, para cuya solución tenía ojo de halcón en todas sus reformas. Principes regionem potius quam religionem quaerunt, dice Chemnicio. Se dice una que Selymus, el gran Turco, y Hismael, el persa, hizo, bajo el color y el celo de su religión, ya que tendrían que, tanto pretender justas causas de la guerra; aunque sus malvados deseos ambiciosos disimulados declararon claramente al mundo, que ambos dispararon al mismo objetivo: a saber, al confirmar su poder y fuerza, extender los límites de sus grandes imperios.

un turco. Hist., Fol. 515.

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