Salum, hijo de Jabes, conspiró contra él, lo hirió delante del pueblo, lo mató y reinó en su lugar.

Ver. 10. Y lo mató, y reinó en su lugar. ] Después de cuya muerte siguió estas espantosas calamidades predichas por el profeta Amós. 2Re 7: 9 Nunca floreció tanto el reino de Israel como bajo el padre de este rey, es decir, Jeroboam II. La mayor prosperidad suele ir seguida de la mayor miseria. Periculosa est, secundum Hippocratem, summe bona corporis valetudo.

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