Y Ezequías, rey de Judá, envió al rey de Asiria a Laquis, diciendo: He ofendido; Vuélvete de mí: lo que me pongas, lo llevaré. Y el rey de Asiria asignó a Ezequías rey de Judá trescientos talentos de plata y treinta talentos de oro.

Ver. 14. Y envió Ezequías rey de Judá. ] Esto mostró su debilidad y pusilanimidad. Si hubiera mantenido aún su confianza en Dios, esto nunca se habría hecho; pero los mejores tienen sus debilidades, y la fe más fuerte a veces parece fallar; adeo nihil est in nobis magnum, quod non potest minui.

Vuélvete de mí: llevaré lo que me pongas.] Ezequías tuvo la buena política de convertir a su enemigo en un puente de oro por donde pasar: así deshacerse de él.

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