Y los ancianos de su casa se levantaron y fueron a él para levantarlo de la tierra; pero él no quiso, ni comió pan con ellos.

Ver. 17. Pero no quiso, ni comió pan con ellos. ] Es fácil observar a ese buen hombre, David, demasiado apasionado por sus hijos: y que estos fuertes afectos trajeron fuertes aflicciones.

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