David, por tanto, rogó a Dios por el niño; y ayunó David, y entró, y pasó la noche acostado en tierra.

Ver. 16. David, por tanto, suplicó a Dios. ] Como sabiendo que Dios a veces amenaza, para no castigar; por tanto, con humilde sumisión a su buena voluntad y placer, suplica por el niño enfermo; en el que también muestra su buena seguridad del perdón de su propio pecado, tomando al humilde osadía para demandar por su hijo enfermo.

Y yaceré toda la noche sobre la tierra. ] Con este χαμευνια, humi-cubatio, tendido en el suelo, unido a su ayuno y oración, David demuestra su afecto y afina su devoción. Algunos piensan que fue en el momento de esta humillación cuando David pronunció el Salmo cincuenta y uno, que luego publicó.

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