Y ella tomó una cacerola y los derramó delante de él; pero se negó a comer. Y Amnón dijo: Aparta de mí a todos los hombres. Y todos salieron de él.

Ver. 9. Pero se negó a comer. ] Como si hubiera estado muy enfermo: y así ordenó a todos que salieran: luego la llamó de nuevo y la obligó. Este fue el fruto de esos pensamientos viles, vanidosos, desenfrenados, cabriolas, a los que debería haber resistido al principio, antes de que estallaran en un incesto repugnante; como los malos humores del cuerpo se convierten en llagas y llagas. Los poetas nos dicen que quien se baña en el río Silenus, se cura de inmediato de sus pasiones amorosas.

Los estoicos dicen: Aut mentem, aut restim. Que un hombre modere sus deseos o se ahorque. Pero Amnón podría haber aprendido mejor que todo esto de su padre y otros santos profetas, si hubiera prestado más atención a sus consejos que al de su primo Jonadab.

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