Aparta tus ojos de mí, porque me han vencido; tu cabello es como manada de cabras que salen de Galaad.

Ver. 5. Aparta tus ojos de mí. ] O, vuelve tus ojos hacia mí; de modo que el Hijo 6:13 llama: "Vuelve, vuelve, oh sulamita"; y luego el sentido es: Mírame por fe. "Mírenme y sean salvos, todos los términos de la tierra". Isaías 45:22 ; Isaías 31:1 ; Isa 42:18 Pero para mantenernos en nuestra traducción.

Cristo se había confesado antes que había sido violado con uno de sus ojos; y aquí dice lo mismo en efecto. Stupenda sane dignatio, una maravillosa condescendencia. Solemos decir: Majestad y amor no pueden encontrarse ni cohabitar: a porque el amor es humillar el alma a todos los servicios. Pero es diferente en Cristo: la majestad y el amor, hasta el arrebato, se encuentran en su santo corazón. Si la Iglesia se enferma de amor hacia él, él debería saber que él está abrumado por el amor hacia ella y que no hay amor perdido entre ellos.

Tu pelo es como rebaño de cabras, etc. ] Pastoreando y mirando desde Galaad - qd, me gustas tanto como siempre, a pesar de tu tardía recaída; porque te encuentro más humilde, vigilante, agradecido por un Salvador, misericordioso con los demás, deseoso del estado de perfección, etc. Y como un miembro que una vez se rompe y vuelve a estar bien asentado, se teje y se vuelve más fuerte allí que en cualquier otro lugar; así que, al caer de alguna manera lejos de mí, te encuentro más firmemente aferrado a mí.

Así Dios transforma, dice uno, nuestras dolorosas heridas en bellos puntos, y convierte el horrible aguijón de Satanás en un alfiler de perla para prendernos la larga túnica blanca de Cristo y vestirnos con el manto de la alegría. Hijo 4: 1-6 Y observe aquí una adición de algunas otras partes descritas, y una descripción más completa de algunas de las primeras: para mostrar que su amor no disminuyó en absoluto, sino que aumentó. Algo que seguramente hizo que el señor Foxe, decía el martirólogo, saliera de sus debilidades y perdiera por sus gracias.

a Non bene conveniunt nec in una sede morantur, maiestas et amor.

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