Y el rey habló con ellos; y entre todos ellos no se halló ninguno como Daniel, Ananías, Misael y Azarías; por tanto, estuvieron delante del rey.

Ver. 19. Y el rey se comunicó con ellos. ] Parece que él mismo era un rey erudito, capaz de plantearlos y ponerlos a ello. También lo fueron Alejandro el Grande, Ptolomeo Filadelfia, Julio César, Constantino el Grande, Carlos el Grande, Alfonso de Aragón, nuestro Enrique I, de apellido Beauclerc, y el Rey James, que supo conversar eruditamente con cualquier hombre de su facultad. Alfonso solía decir que un rey ignorante no era más que un asno coronado, y que no estaría sin ese poco conocimiento que tenía por todo lo que valía además.

Y entre todos ellos no se encontró ninguno como Daniel, Ananías, Misael y Azarías. ] Lo que Patricio dice sobre el hijo de Juba, rey de Numidia, tomado cautivo por Julio César, puede aplicarse adecuadamente a estos cuatro nobles cautivos: Quicquid nobilitatis fortuna eripuerat, id longe acumulatius ei restituerat bonarum artium disciplina, qué brillo tenían perdido por su cautiverio, fue abundantemente recuperado y restaurado por su excelente aprendizaje.

Por tanto, se presentaron ante el rey. ] Quien no los había probado antes, pero los aprobó altamente. O Hortensi admodum adolescentis ingenio, ut Phidiae signum simul et Aspectum probatum est. Una de Así que Daniel y el resto: "enseñados por Dios" no hace falta ni nos preguntamos, ya que, además de todo otras ayudas, que se

un Cicerón.

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