De modo que te enloquecerás por lo que verás con tus ojos.

Ver. 34. Para que te vuelvas loco, etc. ] Como Bajazet estaba en su jaula de hierro; como el Papa Bonifacio VIII fue el momento en que encerrado en San Ángelo por Sara Columnus, su enemiga mortal, se desgarró con los dientes y devoró sus propios dedos. a Felipe, el rey de España, se dice que soportó pacientemente la derrota dada a su invencible armada en el año 1588, pero diez años después murió de una enfermedad muy repugnante e incurable, un doloroso fracaso que se apoderó de él desde la suela de su pie hasta la coronilla; como se verá establecido por Carol. Scribanius, "Instit. Princip.", Cap. 20. b

un turco. Hist., 116.

b Camd., Elis.

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