Las grandes tentaciones que han visto tus ojos, las señales y esos grandes milagros:

Ver. 3. Las señales y esos grandes milagros. ] Ninguno de todos los que obró con bondad en ellos para una conversión eficaz, porque Dios negó el concurso y la influencia de su gracia. Jeroboam tuvo un milagro tan grande ante él en el secado de su mano como San Pablo en su conversión, pero no fue obrado porque el Espíritu no lo impuso.

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