Y las ranas subirán sobre ti, sobre tu pueblo y sobre todos tus siervos.

Ver. 4. Y subirán las ranas. ] Ni los muros ni las armas pudieron alejar a las ranas del Faraón y su pueblo. Como tampoco pudo Hatto, arzobispo de Mentz, deshacerse de ese ejército de ratones que Dios envió contra él por su crueldad con algunos de sus pobres súbditos hasta que lo devoraron. a

a Un muribus en Rheno confectus periit ( anno 923).

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