Cada uno tenía cuatro caras cada uno, y cada uno cuatro alas; y figura de manos de hombre [había] debajo de sus alas.

Ver. 21. Cada uno tenía cuatro caras cada uno. ] Ad taedium usque eandem rem repetit, ut nihil excusationis haberent. A estos judíos descuidados y de grano cruzado se les dice las mismas cosas una y otra vez, para dejarlos sin toda excusa, si no quieren ser forzados por todos.

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