Por tanto, no veréis más vanidad, ni adivinaciones divinas, porque libraré a mi pueblo de vuestra mano, y sabréis que yo soy el SEÑOR.

Ver. 23. Por tanto, no veréis más vanidad. ] Haciéndote no sólo despreciable, sino ridículo. O enrojeciendo el mundo de gente tan pestilente.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad