Entonces Abraham, postrándose sobre su rostro, se rió y dijo en su corazón: ¿Le nacerá [un niño] al que tiene cien años? ¿Dará a luz Sara, que tiene noventa años?

Ver. 17. Abraham se postró sobre su rostro y se rió. ] No como dudando, mucho menos burlándose, Rom 4:19 sino como regocijándose y admirando la bondad y el poder de Dios. La vasija de boca estrecha de su corazón que no es capaz rápidamente de brindar un consuelo tan grande, pues, Tarda solet magnis rebus inesse fides , cayó de bruces y se echó a reír.

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