Y Jacob se acercó a Isaac su padre; y lo palpó, y dijo: La voz [es] la voz de Jacob, pero las manos [son] las manos de Esaú.

Ver. 22. La voz es la voz de Jacob.] Jacob debe llamarse a sí mismo Esaú, con la voz de Jacob. Es duro, si nuestra lengua no nos traiciona, a pesar de nuestras ropas, como lo hizo la esposa de Jeroboam.

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