Y les dijo: Oíd, os ruego, este sueño que soñé:

Ver. 6. Escuchen, les ruego, este sueño. ] Así los habla, no por vana jactancia gloriosa, sino por sencillez juvenil, y porque él mismo se maravilló de ello. Dios también tuvo una mano santa en ello.

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