Y Faraón se enojó contra dos de sus oficiales, contra el jefe de los coperos y contra el jefe de los panaderos.

Ver. 2. Y Faraón se enojó, etc. ] Eso había sido suficiente para romperles el corazón: como un ceño fruncido de Augusto hizo Cornelio Galo; y otro de la reina Isabel lo hizo el canciller Hatton. a

" Ut mala nulla feram, nisi nudam Caesaris iram

Nuda parum nobis Caesaris ira mali est? "

dice Ovidio. Y otra vez,

“Omne trahit secum, Caesaris ira, malum. "

a Carmd., Elis., fol. 406.

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