La ciudad de confusión está destruida; toda casa está cerrada para que nadie entre.

Ver. 10. La ciudad de la confusión. ] Urbs desolanda, destinada a la desolación: ya sea Babilonia, Tiro, Jerusalén o cualquier otra. Mundum intelectual in quo nihil nisi vanum, dice Oecolampadius: es decir, por esta ciudad de la vanidad —así lo traduce la Vulgata— comprender el mundo; según el predicador, "Vanidad de vanidades, todo es vanidad". Agustín, al comienzo de esa excelente obra suya, De Civitate Dei, hace dos ciudades opuestas: una la ciudad de Dios, la otra la ciudad del diablo; el uno una ciudad de verdad, el otro una ciudad de vanidad.

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