10. La ciudad de (126) el tocador se descompone. No me opongo a ver esto como algo especialmente relacionado con la desolación de Jerusalén. Sin embargo, puede deducirse del contexto que se aplica también a otras ciudades; porque poco después usa el número plural para convocar a las naciones a comparecer ante el mismo tribunal. Pero como el Profeta tenía a sus propios compatriotas a la vista, podemos considerarlo apropiadamente para denotar a Jerusalén, que él llama "la ciudad de la vanidad", ya sea porque no tenía una virtud sólida o porque fue destruida.

La palabra תהו (tōhū) puede referirse a la destrucción misma o a sus crímenes, por los cuales provocaron la ira de Dios contra ellos. Si se considera mejor referirlo a sus crímenes, denotará "la ciudad de la confusión", en la que nada es regular ni está debidamente organizado; y apruebo esta interpretación. Sin embargo, puede referirse al castigo; porque declara, en mi opinión, la causa de la destrucción, y entrega la ciudad a la ruina, porque la justicia y el buen gobierno están desterrados.

Todas las casas están cerradas. Esta es una prueba de soledad, y la única razón por la que se agrega es para expresar la desolación de esa ciudad.

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