Tus varones caerán a espada, y tus valientes en la guerra.

Ver. 25. Tus hombres caerán a espada. ] Por sufrir y favorecer los excesos de las mujeres, como son hoy los pechos y los hombros desnudos. ¡Abominaciones aborrecidas! Nuestro rey Enrique VI, al verlo, gritó: ¡Dios mío, señoras, en verdad ustedes tienen la culpa, etc.!

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