Muéstranos lo que ha de venir, para que sepamos que sois dioses; haced el bien o el mal, para que seamos consternados y lo contemplemos.

Ver. 23. Muestre las cosas que están por venir. ] Se insiste mucho en este primer argumento. Solo Dios puede predecir correctamente; y Testimonium divinitatis est veritas divinationis. un Cato Major solía decir que se preguntaba cómo un adivino podía mirar a otro y no reírse, sabiendo que no eran mejores que los engañadores del pueblo.

Sí, haz el bien o el mal. ] Bueno con tus amigos, malo con tus enemigos. Este es el segundo argumento y es incontestable. Si se objeta que el diablo puede hacer esto, y lo ha hecho, la respuesta es; (1.) que los ídolos no pueden hacer ni el bien ni el mal, (2.) no, ni los demonios; pero el bien que hacen a sus clientes es mera magia, y el mal que le hacen a cualquiera es por permiso divino. Véase el cuarto tratado de Cipriano, De Vanitate Idolorum. B

un Tertul. Apol., Cap. 20.

b Vide etiam, agosto De Civlt. Dei, lib. ii. gorra. 22, 25 y c.

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