Verdaderamente tú eres un Dios que te escondes, oh Dios de Israel, el Salvador.

Ver. 15. En verdad eres un Dios que te escondes. ] a Como eres invisible y moras en una luz inaccesible; así, en tus dispensaciones andas por ti mismo, y tus juicios son inescrutables. "Te escondes", y te apartas un rato a veces de la ayuda de tu pobre pueblo, pero te aparecerás a ellos ya ellos a su debido tiempo. La Septuaginta aquí traduce Tu es Deus et nesciebamus, Tú eres Dios, y no te conocimos. Y esto los padres interpretaron acerca de Cristo; y por eso los judíos parecen haber extraído ese discurso suyo: "Cuando Cristo venga, nadie sabrá de dónde es".

a Haec Approbatio est Prophetae. - Scultet.

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