Porque así ha dicho Jehová: Tu herida es incurable, y tu llaga grave.

Ver. 12. Tu magulladura es incurable, ] es decir, inevitable, por decreto irrevocable de Dios. O es incurable en sí mismo; pero no a mí, que soy un médico o cirujano todopoderoso. Ver Ezequiel 37:11 . Parecían "libres entre los muertos", libres de esa compañía.

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