Pero ni él, ni sus siervos, ni el pueblo de la tierra escucharon las palabras del SEÑOR que había dicho por medio del profeta Jeremías.

Ver. 2. Pero ni él ni sus siervos escucharon. ] Y esta fue su perdición - scil., Que no se humillaron ante este santo profeta, que les hablaba de la boca del Señor. 2 Crónicas 36:12

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