Jeremías se quedó en el patio de la cárcel hasta el día en que fue tomada Jerusalén; y estuvo allí cuando Jerusalén fue tomada.

Ver. 28. De modo que Jeremías se quedó en el patio de la prisión. ] Que ahora Dios le había hecho un santuario de seguridad, y una misma Belén, o casa de pan. Dios puede convertir fácilmente una prisión en un paraíso, y el pan integral y el agua en manchet y vino, como hizo con los mártires. Uno de ellos fechó así su carta, Del delicioso huerto de la prisión leonina.

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