Y la tomó, y su rey, y todas sus ciudades; y los hirieron a filo de espada, y destruyeron por completo todas las almas que estaban allí; no dejó nada; como había hecho con Hebrón, así hizo con Debir y su rey; como había hecho también con Libna y su rey.

Ver. 39. Todas las almas, ] es decir, Todo el pueblo: el ganado que tenían por presa.

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