Y los hermanos de su madre hablaron de él a oídos de todos los de Siquem todas estas palabras; y el corazón de ellos se inclinó a seguir a Abimelec; porque dijeron: [es] nuestro hermano.

Ver. 3. Y los hermanos de su madre hablaron de él.] Y tal vez obtuvieron el mismo elogio que el duque de Buckingham, al hablar con los londinenses para que Ricardo III fuera nombrado igualmente rey, hizo, a saber, que ningún hombre podía entregar tanto materia en tan buenas palabras y frases pintorescas.

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