Y el sacerdote tomará un poco de la sangre de la ofrenda por la culpa, y la pondrá el sacerdote sobre el lóbulo de la oreja derecha del que ha de ser purificado, y sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el dedo gordo del pie derecho:

Ver. 14. Sobre la punta de la oreja derecha. ] Para significar que todos los santificados de Cristo tienen un oído que oye, una mano activa, un pie ágil para caminar en el camino que se llama santo.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad