Entonces respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo: Maestro, queremos ver una señal de ti.

Ver. 38. Entonces algunos de los escribas y fariseos ] ¿No tenían éstos, como se dijo de Nerón, os ferreum, cor plumbeum, un rostro de hierro, un corazón de plomo, que podía pedir una señal después de tantas señales? Pero es una señal del cielo que tendrían (como Moisés pidió maná desde allí, Samuel para lluvia, Elías para fuego, etc.), y mucho más cerca estarían si nuestro Salvador los hubiera complacido.

Pero nunca lo dijo en serio. Ahora estaban tan claramente convencidos de su blasfemia que no tenían nada que decir por sí mismos, sino que, en tono adulador, lo llamaban Maestro, a quien antes habían llamado Beelzebub; y fingir que están dispuestos a aprender, si pudieran ver una señal. No podían ver madera por árboles, como dicen. ¿Y quién tan ciego como el que no ve? Sic fit, ubi homines maiorem vitae partem in tenebris agunt, ut novissime solem quasi supervacuum fastidiant, dice Séneca. Los hombres que han vivido mucho tiempo en la oscuridad pueden pensar que el sol es superfluo.

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