Y nuevamente negó con un juramento, no conozco al hombre.

Ver. 72. Y volvió a negar con juramento ] Esto fue terrible; y lo peor, porque su Maestro, a quien renunció, estaba ahora (como la fe de Pedro) en su prueba, y podría decir, con el César herido: ¡Qué, hijo mío Bruto! ¿Es esta tu bondad para con tu amigo? Escipión prefería que Aníbal le comiera el corazón con sal a que Lelio le hiciera la menor descortesía.

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