Y todo Israel que estaba alrededor de ellos huyó a su clamor, porque decían: No sea que la tierra nos trague también a nosotros.

Ver. 34. No sea que la tierra nos trague también. ] Sea para nosotros la destrucción de otros, para que nos lavemos los pies en la sangre de los impíos. Sal 52: 6 Pero el que fue devorado por la tierra, como Coré, con los oídos tapados, el corazón lleno de tierra, tendrá suficiente tierra cuando muera, pero poca del cielo.

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