Y Balac volvió a enviar príncipes, más y más honorables que ellos.

Ver. 15. Y Balac envió una vez más. ] Tan incansables son los hombres malvados al perseguir y practicar sus malvados designios. Esto es un control de nuestra torpeza por el bien de nuestras almas. ¡Oh, qué pronto dichos y saciados estamos! Félix tiembla y, sin embargo, al mismo tiempo codicia y espera un soborno de Pablo, que tuvo alguna ocasión de esperar el arrepentimiento de Félix.

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