O en enemistad lo hiere con su mano, y muere: el que lo hirió, ciertamente morirá; [porque] él [es] un homicida: el vengador de la sangre matará al homicida, cuando lo encuentre.

Ver. 21. Seguramente morirá. ] Y, sin embargo, los papistas permiten que los asesinos deliberados también tomen refugio; quien, como Joab, sería llevado del altar al matadero. Su odio a los protestantes es tan mortal, que nos consideran indignos de vivir en la tierra de Dios, aptos para nada más que fuego y leña; sí, nos envían al infierno sin fianza ni garantía, peor que los turcos o los judíos. Le dicen a la gente que Ginebra es un santuario profeso de toda picardía; que en Inglaterra la gente se ha vuelto bárbara y se come a los niños pequeños, que son tan negros como los demonios, etc.

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