No ames el sueño, no sea que te empobrezcas; abre tus ojos, y te saciarás de pan.

Ver. 13. No ames el sueño, no sea que te empobrezcas. ] En el sueño no hay uso ni de la vista ni del oído, ni de ningún otro sentido. Y tan poco hay de los sentidos espirituales en el sueño del pecado. Le fue al buen profeta Zacarías 4: 1 como a una persona somnolienta que, aunque estaba despierta y se puso a trabajar, estaba lista para dormir; y Pedro, Santiago y Juan, si el espíritu no levanta los ojos, pueden estar en peligro de quedarse dormidos en sus oraciones, Mat 26: 37-45 y caer en la pobreza espiritual: porque si la oración se detiene, todo el negocio la piedad se detiene.

Y una oración impotente, procedente de un espíritu de pereza, unida a la presunción, hace que los mejores hombres estén sujetos al castigo por profanar el nombre de Dios, para que pueda justamente dejarlos caer en algún pecado, que los despertará con bastante inteligencia. Pro 19:15 Ver Trapp en " Pro 19:15 "

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