Responde al necio según su necedad, para que no sea sabio en su propia opinión.

Ver. 5. Responde al necio según su necedad. ] Introduzca algo que pueda picarle y tápele la boca. Apedréelo con palabras suaves pero argumentos duros, como Cristo trató con Pilato, no sea que levante su cresta y se vea a sí mismo como un vencedor, y los oyentes lo consideren así. En fin, cuando hay un necio entre los que son como él, respóndele, no sea que parezca sabio. Si está entre los sabios, no le respondas, y ellos considerarán más bien quid tu taceas, quam quod ille dicat, tu silencio oportuno que su parloteo apasionado.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad