El que reprende al hombre, hallará después más gracia que el que lisonjea con la lengua.

Ver. 23. El que reprende al hombre, hallará, etc. ] El que ata a un loco, o despierta a uno en un letargo, tiene poco agradecimiento por el presente; así que aquí. En la enfermedad del sudor, los que estaban despiertos escaparon; pero la enfermedad era mortal para los que dormían. Mantengamos despiertos los unos a los otros, dice un reverendo, un - un trabajo desagradable para ambos lados, pero un día se lo agradeceremos. Vea cuán bien tuvo éxito el trato sencillo del maestro Gilpin con el obispo de Durham, en su Vida escrita por el obispo Carlton, p. 58.

un Dr. Sibbes.

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