Los que abandonan la ley alaban a los impíos, pero los que guardan la ley contienden con ellos.

Ver. 4. Los que abandonan la ley alaban al impío. ] Como Maquiavelo hace César Borgia, ese bipedum nequissimum, proponiéndolo como modelo para todos los príncipes cristianos; como Onuphrius (el biógrafo del Papa), Hildebrand o Gregory VII, en cinco libros escritos de sus actos nobles y grandes virtudes; a quien el cardenal Benno describe verdaderamente como un asesino, un adúltero, un prestidigitador, un cismático, un hereje y, en todos los sentidos, tan malo como podría ser.

Epifanio a nos dice que había una especie de herejes con enfermedades cerebrales que exaltaban a Caín y, por lo tanto, se les llamaba Cainitas. También elogiaron a los sodomitas, Coré, Judas el traidor, etc. En el libro de Judit, se ensalza el acto de Simeón y Leví sobre los siquemitas; y hubo un Bruno que escribió un discurso en elogio del diablo.

Pero los que guardan la ley, contienden con ellos. ] Movidos por el celo de Dios, no pueden callar. Como hijo mudo de Creso, claman: ¿Matarás a mi padre, deshonrarás a Dios, etc.? La buena sangre nunca se creerá a sí misma; Aparecerá un buen metal. ¡Cómo se enfureció el joven David contra Goliat de boca negra y entró en las listas con él! "¿No odio a los que te odian?" dijo él, "sí, los odio con un odio perfecto.

"Sal 139: 21-22 Arrojé contra ellos el guante del desafío; los considero mis enemigos. Asa no puede soportar la idolatría, no, no en su propia madre. Nuestro Eduardo VI de ninguna manera cedería a una tolerancia por su hermana Mary, aunque solicitada por Cranmer y Ridley, por respeto político. Mihi quidem Auxentius non alius erit quam diabolus, quamdiu Arianus, dijo Hilary; consideraré a Auxentius como un demonio, siempre que sea arriano.

Fue el discurso del bienaventurado Lutero, quien aunque se mostró muy ferviente en que se administrara la comunión en ambos tipos, contrariamente a la doctrina y costumbre de Roma, sin embargo, si el Papa, dice él, como Papa, me ordenó recibirla en ambos tipos, lo recibiría de un tipo; ya que obedecer lo que manda como Papa, es recibir la marca de la bestia.

un Epifan., Haeret., 38.

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