Porque el perverso es abominación al SEÑOR, pero su secreto es con los justos.

Ver. 32. Para el perverso es abominación. ] El vitilitigator, el wrangler, el barreter común, aunque pueda prosperar en el mundo, sin embargo, Dios no puede soportarlo; su dinero perecerá con él. Un día dirá a sus malditos montones de maldades adquiridas bienes, como lo hizo Carlos V, emperador, en su vejez de sus victorias, trofeos, riquezas, honores; los maldijo a todos, diciendo: Abite hinc, abite longe; Avaunt, embale, por lo tanto, lejos. a

Pero su secreto.] Serán de su consejo de gabinete, que prefieren yacer en el polvo que levantarse con malas artes, con principios perversos; tales fueron José, Macaías, Daniel, etc.

un Phil. Alborada.

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